El Manejo Terapéutico
En la familia Wingo, nuestro paciente es el “portavoz” de las ansiedades y depositario de las tensiones del grupo familiar, quien denuncia toda la problemática familiar. Tom, como emergente de esta problemática familiar, podría considerarse como el más fuerte, convirtiéndose en el más débil, por su incapacidad de soportar la presión masiva del grupo, transformándose luego en líder del cambio a través de la terapia con la Dra. Lowentein, es decir líder operativo.
Con el transcurrir de la terapia, el protagonista va comenzando a hacer explícitos los mitos familiares, las situaciones traumáticas vividas en su familia de origen, que se mantuvieron implícitas bajo el mandato de la madre, y que probablemente hicieron asumir el rol de “chivo expiatorio” a su hermana, la que se hace cargo de la enfermedad del grupo familiar, en sus trastornos psiquiátricos y sus intentos de suicidio.
En la triangularidad Madre, Padre, Hijo, Tom ha sido el supuestamente preferido de la madre, quien lo mimaba a escondidas del resto de la familia, produciendo sentimientos ambivalentes de amor-odio hacia ella. En estos vínculos se ponen en juego las ansiedades básicas, que devienen en miedo al ataque y miedo a la pérdida del objeto amado.
El personaje de Tom muestra claramente esta resistencia, como así también sus miedos, pero no logra hacerlos visibles por la pared emocional a la cual se enfrenta. El cambio requiere readaptación y esto es quizás a lo que Tom no se anima; ya que todo cambio produce ansiedades y temores básicos. En el transcurrir de la película se puede observar como el personaje de Tom va modificándose, se va abriendo al diálogo, contando experiencias que ni siquiera él creía que pudiera contar. Al comienzo no cree en la terapia ni en la psiquiatra pero a medida que transcurren los encuentros comienza a relatar historias que van afectando su vida personal.
La terapeuta es quien le brinda el espacio de contención y la que va guiando a Tom en el sendero del descubrimiento, desenredando los secretos de la familia Wingo. Mediante la terapia, el protagonista logra alcanzar el “darse cuenta”, sorteando los mecanismos de defensa y las resistencias, llegando al punto de “contacto”, en ese “aquí y ahora” de cada terapia con la psiquiatra, inconscientemente Tom resuelve y resignifica los vínculos con su hermana, su madre y con la familia que constituyó.
Con el transcurrir de la terapia, el protagonista va comenzando a hacer explícitos los mitos familiares, las situaciones traumáticas vividas en su familia de origen, que se mantuvieron implícitas bajo el mandato de la madre, y que probablemente hicieron asumir el rol de “chivo expiatorio” a su hermana, la que se hace cargo de la enfermedad del grupo familiar, en sus trastornos psiquiátricos y sus intentos de suicidio.
En la triangularidad Madre, Padre, Hijo, Tom ha sido el supuestamente preferido de la madre, quien lo mimaba a escondidas del resto de la familia, produciendo sentimientos ambivalentes de amor-odio hacia ella. En estos vínculos se ponen en juego las ansiedades básicas, que devienen en miedo al ataque y miedo a la pérdida del objeto amado.
El personaje de Tom muestra claramente esta resistencia, como así también sus miedos, pero no logra hacerlos visibles por la pared emocional a la cual se enfrenta. El cambio requiere readaptación y esto es quizás a lo que Tom no se anima; ya que todo cambio produce ansiedades y temores básicos. En el transcurrir de la película se puede observar como el personaje de Tom va modificándose, se va abriendo al diálogo, contando experiencias que ni siquiera él creía que pudiera contar. Al comienzo no cree en la terapia ni en la psiquiatra pero a medida que transcurren los encuentros comienza a relatar historias que van afectando su vida personal.
La terapeuta es quien le brinda el espacio de contención y la que va guiando a Tom en el sendero del descubrimiento, desenredando los secretos de la familia Wingo. Mediante la terapia, el protagonista logra alcanzar el “darse cuenta”, sorteando los mecanismos de defensa y las resistencias, llegando al punto de “contacto”, en ese “aquí y ahora” de cada terapia con la psiquiatra, inconscientemente Tom resuelve y resignifica los vínculos con su hermana, su madre y con la familia que constituyó.